En la cancha, por una cuestión posicional, están separados sólo por algunos metros. Y en el lugar de residencia de ambos, también hay una proximidad. Miguel Coronel (22 años) y Hugo Carrizo (28) son cuñados, sus casas están a pocos metros y, además, comparten equipo en Lastenia, con el que ya saborearon la gloria de un campeonato. Miguel se mueve como volante por la izquierda, donde hace valer su habilidad y rapidez; Hugo es un centrocampista tapón, típico picapiedra.
Los dos estarán desde el inicio en el duelo que la "gloria" sostendrá esta tarde contra Defensores de Monte Quemado. Coronel toma la voz cantante cuando habla en la previa: "estamos muy bien. Hay que tratar de hacer una buena diferencia para ir tranquilos al desquite. Cuando conocimos el rival, me sorprendió por la distancia que hay que recorrer: son casi 1.000 kilómetros entre ida y vuelta. Pero lo fundamental es que el equipo encontró el funcionamiento colectivo que nos llevó al título liguista y que apareció en las últimas dos fechas del Torneo del Interior".
Miguel empezó su carrera en Deportivo Atalaya (Córdoba); pasó a Talleres con el que jugó la Nacional B; de ahí a Rafaela (con Marcelo Fuentes) y luego seis meses en Belgrano: volvió a la provincia en 2011 y cada gol suyo va dedicado a su hijo Mateo Alejandro ("la verdad que me cambió la vida") y a su esposa Jimena Carrizo, que es la hermana de Hugo.
A propósito de Hugo, apodado "Gula" -para sus compañeros el "León" o el "Pulpo"- describe aspectos de la vida familiar. "La casa está dividida en tres partes: mi papá Luis (relator deportivo), vive adelante; mi cuñado ocupa el medio y yo el fondo, donde habito con mi señora, Estefanía y mi hija Fiorella, de un año y tres meses". Todo es cuestión de familia, que se vuelca en pleno para ver jugar a ambos, dos pilares indiscutidos del buen presente de Lastenia.